Marie Kondo, en su programa de Netflix / Netflix
Marie Kondo, la gurú del orden, ha tirado la toalla y ha asumido que las casas son para vivirlas, no para organizarlas. Para darse cuenta de ello solo ha necesitado tener a su tercer hijo. "Mi casa está desordenada, pero la manera en que ahora gasto mi tiempo es la adecuada para mí en esta etapa de mi vida”, confesó en una charla, recogida por The Washington Post.
La japonesa ha entendido que el método KonMarie, basado en tirar las cosas que no se necesitan, doblar las ropa perfectamente en vertical y meter tantas cajas como quepan en los cajones por si alguien quiere abrirlos, no resiste el embate de tres niños. Y ahora saca un nuevo método -nuevo libro, nuevas ganancias- basado en el Kurashi, un estilo de vida que se basa en tratarse bien a uno mismo, mejorar las relaciones personales y buscar la calma y la felicidad a través de la meditación.
Sin embargo, con la decisión de Kondo, muchos de sus seguidores han quedado huérfanos de un método asequible de orden. Pero, para llenar el vacío que la gurú ha dejado en el corazón (y los armarios) de muchos, está el método de la organizadora profesional Alicia Iglesias, que publica en su web Ordenylimpiezaencasa bajo el eslogan "el método de orden que cambiará tu vida".
Se trata de un método que invita a tomar el control de la casa pero de una forma más relajada que Marie Kondo. Mientras la japonesa asegura que, una vez empieces a ordenar tu casa debes ser constante y seguir siempre, el proceso de Iglesias se basa en hacer pequeñas tareas durante 21 días para conseguir organizar tu casa sin agobiarte. Luego, es cuestión de valorar lo que se ha conseguido y no repetir los errores que nos llevaron hasta el desorden en primera instancia. Este es el método de 21 días de Alicia Iglesias para ordenar tu casa
"Comer es lo primero", asegura Iglesias en su web. Por eso, los primeros cuatro días del método están dedicados a la cocina. Durante el primer día deberás dedicarlo a hacer menús mensuales. Con eso te quitarás la carga mental de pensar qué comer cada día y podrás planificar tus comprar. Eso, te dará tiempo para los siguientes pasos.
El segundo día es momento de ordenar y limpiar a fondo las despensas y el frigorífico. Hay que sacar todo lo que haya dentro, limpiar bien y volver a meterlo de forma que quede visualmente ordenado, accesible y con las fechas de caducidad a mano.
Los dos días siguientes toca ponerse con el orden y la limpieza de la cocina. Es momento de dejar a la vista solo lo que se use, guardar en cajone so armarios lo que se use ocasionalmente y deshacerse de lo que no se usa. En los armarios y cajones, ayuda situar más cercano lo que más se usa y en el fondo lo que menos. También guardar las cosas cerca de su lugar de uso (los productos de limpieza bajo el fregadero, las sartenes junto a la vitrocerámica...). Por último, solo queda limpiar.
Los días cinco y seis del método están dedicados al baño. Siguiendo el mismo proceso que en la cocina, lo primero es tirar las cosas caducadas, lo que no se use, botes vacíos y guardar lo que sí se necesita en cajas o cestas para despejar todo lo posible la ducha y la bañera.
Después, toca ponerse con la limpieza del baño. Lo ideal es empezar por el WC, seguir por los azulejos, a continuación la ducha y la bañera, y acabar con el lavabo, los grifos y los espejos.
Los siguientes cuatro días, del siete al diez, son para los armarios, donde muchas veces se acumula el mayor desorden de la casa. El primer día hay que organizar el armario del recibidor, o aquel en el que guardes los abrigos. Es esencial tirar todo lo que no se utilice y dejar en él únicamente chaquetas, abrigos y objetos útiles como paraguas. Además, se puede apostar por los colgadores y por dejar una zona para complementos, bolsos y mochilas, e incluso las llaves. Es clave no acumular cosas, sino ordenar.
El día ocho es de puro pensamiento: hay que planificar los armarios. Se trata de pensar y distribuir dónde irá cada cosa, y de quién será cada cajón. Así en los días nueve y diez, nos podemos poner manos a la obra. El primer dia hay que sacar las cosas, limpiar y volver a meterlas ordenadas y sin mezclar. Para la ropa las cosas deben ir colgar o dobladas en vertical, no de otros modos. Así el último día lo podemos dedicar a la ropa que es de otras temporadas. Para ello es muy útil utilizar bolsas o cajas bien etiquetadas para que podamos ponerlo todo en los lugares menos accesibles de la casa como el maletero o debajo de la cama.
El día 11 toca ponerse con los zapatos y los bolsos, no vale tenerlos tirados por el sueño del baño o del dormitorio. Los que más se usen, en los sitios más accesibles, y los que menos se usen, al fondo de los armarios. No descartes tirar lo que no te pongas. Si no cabe todo en la entrada, valora disponer de un zapatero, y para los bolsos, baldas.
Pasado el ecuador del proceso, el día 12, es el momento de ordenar los complementos. Es fundamental quedarse con lo que uno se pone y prescindir de aquello que no (puedes plantearte venderlo). Para guardar las joyas, cajas transparentes vienen perfectas. Para complementos de abrigo, tenlos a mano en invierno y en algún lugar más oculto en verano.
Durante los siguientes seis días toca desmantelar, limpiar y organizar las estancias una por una. Empezamos por el centro neurálgico de la casa, el salón. Allí es importante dejar un buen espacio de reunión en el centro y ordenar bien los espacios de almacenamiento, las alacenas y las mesas. Después pasamos al dormitorio, cuidando especialmente de nuestro espacio para dormir, sobre todo la cama, quede cómodo y agradable, que invite al descanso.
Los dos días siguientes los dedicamos al orden en la habitación de los hijos mayores y de los menores. En el de los mayores hay que cuidar especialmente que el espacio de estudio sea amplio y esté bien definido, y en el de los menores que haya los suficientes juguetes pero que haya un buen espacio donde almacenarlos. Así, los pequeños podrán aprender a ordenar desde el principio.
Para los últimos días, toca el despacho y el restos de estancias de la casa. En el despacho es importante revisar los documentos, tirar los que no sirvan y archivar los que si, descartar el material de papelería que ya no sirva, organizar los cables...El día 18 lo reservamos a otras estancias de la casa. Se trata de limpiar y ordenar trastero, garaje, gimnasio o cualquier otra estancia no mencionada.
Los últimos tres días de este proceso tienen un objetivo claro: evitar que la casa vuelva a estar en el estado en el que estaba antes de empezar este proceso. Para eso empezaremos por crear una rutina de limpieza con un plan semanal en el que repartiremos las tareas de forma equitativa con todos los miembros de la casa. Después crearemos rutinas de orden: no comprar lo que no necesitemos, deshacernos de cosas que no usemos y revisaremos los papeles periódicamente.
Por último, el día 21 solo nos queda reflexionar sobre nuestros hábitos. Revisa tus antiguas prácticas y sobre cómo tienes la casa ahora. Sé consciente de lo que has logrado y ten claros los errores en los que no debes volver a caer.
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