La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.| Nelson Mandela

La investigación por el crimen durante un asalto del dueño del lubricentro Penta de Guaymallén está en sus pasos iniciales en la fiscalía de Homicidios de Claudia Alejandra Ríos, pero lo conseguido por los detectives policiales en los tres primeros días de incorporación de pruebas sirvió para ir conociendo que existió un persona que pasó el dato del dinero a una banda que, finalmente, se terminó llevando el botín. “Hubo un entregador, de eso no hay dudas”, detalló un pesquisa en charla con El Sol sobre el asesinato de Norberto Martín Salzmann.

La gavilla tenía demasiada información sobre el negocio y la casa de la víctima, conectadas a través de una puerta. No solo estaba al tanto de la distribución de los inmuebles y conexiones internas, también sabía de la existencia de la caja fuerte donde se guardaban más de un millón y medio de pesos y dólares.

El caso de inseguridad, como trascendió el mismo día del ataque, pasadas las 15.20 del jueves, quedó filmado de principio a fin en el domicilio de Salzmann, colindante al negocio ubicado en calles Mitre casi Mathus Hoyos de San José.

Las imágenes a color, además de comenzar a ser peritadas por Delitos Tecnológicos para la identificación de personas, se transformaron en la clave de la causa y mostraron cómo lo ejecutaron a pocos metros de su hija.

La información a la que accedió este diario agrega que el hombre de 51 años, padre de dos hijas y de un varón que estaba en Buenos Aires, se encontraba totalmente desnudo cuando recibió un fierrazo en la cabeza al ofrecer resistencia ante el temor de que su hija fuera maltratada y, luego, un balazo calibre 9 milímetros unos 15 centímetros abajo del corazón.

La declaración de la joven en el expediente, más lo que captó el circuito cerrado de cámaras de la propiedad, reveló que cuatro asaltantes ingresaron a la propiedad luego de pasar por el lubricentro, abordar a la hija de la víctima y a un empleado y destrozar una puerta con una barreta, el mismo elemento que utilizaron para golpear en el cráneo a Salzmann.

Los otros tres delincuentes tenían armas de fuego. Algunos llevaban guantes; otros, no. También, un par cubría el rostro con una gorra. A pesar de esto, los pesquisas analizaron las pruebas y lograron marcar a alguno de ellos gracias a algunas características físicas para intentar identificarlos.

Justamente, la víctima estaba bañándose cuando la banda se metió en su casa para llevarse el dinero. Salió de la ducha y en ese momento se encontró con la escena de ver a su hija reducida mientras era amenazada de muerte. Salzmann intentó varias veces cubrirse los genitales por la traumática situación de tener a su hija enfrente mientras sufría un hecho de inseguridad de extrema violencia.

Indefenso y mientras la banda escapaba del lugar con la caja de seguridad, recibió un fierrazo en la cabeza que, prácticamente, lo inmovilizó. El golpe le provocó una profunda lesión en la cabeza pero los malvivientes no quedaron conformes: uno de ellos disparó a corta distancia contra el comerciante.

Mientras todo era gritos y desesperación, los cuatro asaltantes escaparon en el mismo vehículo en el que llegaron a la escena: una Chevrolet S10 blanca que habían robado un día antes en una finca de Lavalle. El miércoles, se cree, que los mismos ladrones atacaron a un hombre de 80 años dedicado a la venta de comida para animales de granja y le sustrajeron el vehículo y más de 170.000 pesos. El objetivo de los sujetos era conseguir un rodado para dar el golpe en el local de calle Mitre.

Uniendo las pruebas, después de matar al dueño del lubricentro, la banda escapó hacia el sur por calle Mitre. Luego doblaron hacia el este y continuaron por casi un kilómetro. Llegaron hasta el barrio Capilla de Nieve y prendieron fuego la Chevrolet en un descampado. Testigos detallaron a los pesquisas que un motociclista llegó hasta el lugar y subió a uno de los malvivientes que incendió la camioneta para borrar todo tipo de pruebas que podría llegar a involucrarlos.

Más allá de eso, los detectives comenzaron a trabajar en las dos escenas –Lavalle y Guaymallén– para identificar a los autores de los golpes. Los sabuesos eran optimistas y trabajaban en las últimas horas en una serie de nombres que podrían estar relacionados con el homicidio de Salzmann.

Norberto Martín Salzmann tenía 51 años. Era padre de tres hijos y estaba en pareja con una abogada, quien llegó hasta la escena después del hecho y se mostró consternada. Amante del rugby y de las salidas a la montaña –sus amigos lo llamaban Caballo-, contaron, desde su círculo íntimo a este diario que, antes de ser asesinado, había comprado dólares para irse de vacaciones a Brasil con su novia, una hija, la hermana y sus padres. Sus progenitores estaban llegando al lugar de destino cuando les dieron la trágica noticia.

Él iba a encontrarse con ellos durante este fin de semana largo de Carnaval. Había adquirido dólares y los tenía celosamente guardados. Alguien que lo conocía le dio el dato a la banda de ladrones.

Por eso, los policías de la División Homicidios de Investigaciones iniciaron el proceso de búsqueda de pruebas con el apoyo de imágenes y declaraciones para conocer cómo fueron sus últimos y a qué personas recibió en el negocio.

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