Tensión en el frente de batalla de Ucrania: Infobae acompañó una misión con drones y tanques en Bakhmut - Infobae

2023-02-22 18:30:42 By : Mr. BingFang Zhang

(Bakhmut, enviados especiales). Tactic no eligió que ese sea su nombre de combate. Como a todos en su grupo, se lo puso el comandante. Su nombre verdadero prefiere reservarlo. De hecho, mucho de lo que vemos durante el proceso de esta nota debe ser omitido por seguridad. Podemos decir que la base de operaciones del escuadrón de exploración de la Brigada 28 está en algún lugar del Donbas, muy cercano a Bakhmut. Es un antiguo complejo lleno de detalles increíbles que no se pueden compartir, un solo dato podría revelar su ubicación y sería un blanco de inmediato para los rusos. Es que allí no solo viven y planean las operaciones los miembros del grupo de exploración, sino que también guardan un enorme arsenal.

“No se les ocurra filmar estos mapas ni mostrar referencias. Sino, en unas semanas ustedes van a estar descansando en Sudamérica y a nosotros nos va a caer un misil encima”, dice Volodimir Kurt, el comandante de la sección. Después lo mira a Tactic y le dice algo en ucraniano que no llegamos a entender, pero Tactic sonríe y hace una seña de pulgar arriba. El comandante acaba de aceptar que los acompañemos en la misión. A partir de entonces todos se ponen serios y empiezan a repasar el plan una vez más.

Las paredes de la habitación están tapadas con mapas a gran escala que muestran diferentes campos de batalla todo alrededor de Bakhmut y Kramatorsk. Un centímetro equivale a dos metros en el mapa que están analizando. Kurt señala un punto y Tactic acerca la mirada. Gira y le dice algo a Zahar, que escucha todo en silencio. Tactic tiene 23 años y Zahar 45. Son los dos pilotos de drones más experimentados del escuadrón y trabajan casi siempre juntos. Sus misiones son de reconocimiento o de apoyo: en las primeras exploran un territorio con los drones para saber qué hay camino a las posiciones rusas. En las misiones de apoyo levantan dos drones, uno sigue al vehículo de combate que hará el ataque y el otro monitorea el objetivo. Cuando el blindado dispara, con el segundo drone se puede avisar si dio o no en el blanco, y dar coordenadas para corregir el tiro. Este tipo de maniobras son las más peligrosas porque al fuego suele responderle fuego enemigo. En términos militares se lo llama exploración en fuerza: tirar a un blanco para saber qué tipo de armamento tiene el contrincante en esa posición, lo cual se descubre de manera puramente analógica: se espera la respuesta para saber con qué atacan.

El punto que Kurt le marca a Tactic está a tan solo unos metros de la zona cero, la línea de fuego del lado ruso. Vienen explorando el área hace tiempo y descubrieron tras unos arbustos una posible posta de artillería. Kurt planea destruirla y para eso preparó esta misión durante días.

Tactic y Zahar escuchan las indicaciones y asienten. Tactic se ganó ese apodo porque le gusta usar muchos apliques tácticos en su chaleco: ganchos para colgar el casco, linternas, navajas, compases, y todo tipo de parches. Su favorito es uno que replica el logo de una famosa marca de ropa de montaña pero con el nombre modificado: “Donbasonia”.

“Los hace un grupo de soldados y los venden por Instagram”, nos cuenta. Quiere mostrarnos pero nuestros teléfonos no tienen señal, está bloqueada el 4G todo alrededor de la base. Para los soldados, la conexión a internet es a través de una antena de Starlink, la compañía de wifi satelital de Elon Musk, que donó varios receptores a Ucrania al comienzo de la invasión.

En este extrañísimo complejo conviven cerca de treinta personas. La mayoría son ucranianos pero hay también algunos voluntarios de otros países: un ex policía sudafricano, un militar finlandés, tres médicos ingleses. Todos llegaron al país para unirse a la defensa ucraniana y hoy son parte de la brigada de Kurt.

La espera antes de salir se hace larga. Mucho en la guerra se trata de esperar, hasta que llega el momento indicado y entonces se trata de correr. De pronto, el comandante y sus pilotos de drone salen de la habitación rumbo al arsenal y nos dicen que no podemos seguirlos. Es tiempo de limpiar sus armas y tener una última conversación privada. Cuando salen, su humor es otro, todo lo que era distendido se vuelve espeso. No es que haya pasado nada, es simplemente la inminencia del peligro.

Dejan la base casi al trote y suben a sus vehículos. Los seguimos. La primera parada será en un barrio de los suburbios donde tienen escondido un vehículo de combate de infantería tipo BMP1, un blindado que se utiliza para trasladar tropa y armamento, y para hacer ataques de cañón. Básicamente se ve como un tanque. Los que usa la brigada de Kurt son soviéticos de la década del 70, su mecánica es sencilla y cuando fallan, son fáciles de arreglar.

Los seguimos hasta el escondite del blindados y dejamos nuestro auto ahí. Subimos a la camioneta de Tactic y continuamos la misión con ellos. Kurt irá adelante en el tanque hasta que sea el momento de separarse para ir a hacer el ataque. El disparo se hará a tres kilómetros de distancia de las líneas rusas. Tres kilómetros en estas batallas no es nada: si bien las trincheras rusas y las ucranianas en la zona cero pueden estar separadas por 200 o 300 metros, las armas de artillería pueden disparar hasta 20 kilómetros, lo cual hace que el peligro se extienda por kilómetros.

Una vez en su blindado, a Kurt se le ilumina la cara y Tactic y Zahar se entusiasman. Salimos todos juntos pero en un punto del camino el blindado se detiene y Kurt da la orden a Tactic de que se adelante y vaya explorando la situación. Seguimos camino a través de pueblitos abandonados rumbo al frente. Los estallidos de los morteros acompañan todo el trayecto, sonando más fuerte conforme nos vamos adentrando en la montaña.

“Tranquilos, son disparos nuestros”, dice Zahar en un momento. Le preguntamos si a un ataque de ellos suele seguirlo una respuesta de los rusos. Levanta los hombros como diciendo: “Así es esto”. Unos segundos después agrega: “Pero depende el día”. Cuando termine este, sabremos que los rusos bombardearon durante toda la jornada a 20 asentamientos diferentes en la zona.

Tactic avanza por caminos de tierra y hielo hasta que súbitamente se detiene. Él y Zahar se colocan sus cascos. A partir de ahí, todo puede convertirse en terreno hostil de un segundo a otro. Vuelve a arrancar el vehículo y ya no hablan ni fuman ni sonríen. La camioneta toma curvas y contracurvas, pasamos por varias iglesias, algunas destruidas. Cada tanto aparece otro vehículo, todos militares. Finalmente, después de más o menos treinta minutos, giran tras unos arbustos y nos detenemos. Bajan velozmente y contactan a Kurt a través de la radio, pero nadie responde. Lo intentan una y otra vez, sin suerte. Nos dicen que subamos rápido y damos marcha atrás. “Perdimos señal, estamos incomunicados”, dice Tactic. Acelera a toda velocidad por el mismo camino que vinimos. A la derecha se ve una colina pintada de blanco, sabemos que del otro lado están los rusos pero no llegamos a verlos por la pendiente. Unos metros más allá Tactic vuelve a intentar comunicarse y finalmente recupera la voz de Kurt. Tienen una breve conversación y Tactic conduce la camioneta hacia atrás de una edificación que parece un granero. Estaciona y nos da la orden de bajar.

Zahar abre el baúl y saca la caja del drone, mientras Tactic recorre la zona por seguridad. Finalmente toma el drone con sus manos y lo pone sobre el barro. Un segundo después el aparato se aleja de nosotros hacia el cielo. Ese sonido tan habitual en la vida moderna, en un contexto como este puede significar la muerte: los rusos usan muchos drones kamikaze o drones bombarderos iraníes para perpetrar ataques, por lo cual ser descubierto por uno es estremecedor.

La cámara del drone deja ver rápidamente lo que buscaban. Graban todo y en tiempo real van informando a Kurt de lo que ven. Unos minutos más tarde reciben la orden de retirarse para encontrarse con el tanque. Volvemos a la camioneta y nos vamos. Avanzamos unos kilómetros camino de regreso y nos encontramos con Kurt. Está más sonriente que antes, tomado por la adrenalina. Conversa con su equipo y les da nuevas órdenes. Volvemos al vehículo, una vez más. Cerca nuestro no se escucha nada, hay un silencio abismal, lejos se escucha de todo. No sabemos qué es peor, si tener una visión clara del peligro o no tener la menor idea de dónde puede venir. Sin información no existe supervivencia, ahí radica la importancia de los escuadrones de exploración: son quienes van antes que nadie a un terreno desconocido para convertirlo en uno propio.

Las órdenes son volver hacia la zona del enemigo. Kurt va a avanzar a solo tres kilómetros de las líneas rusas. Estará totalmente expuesto, y su única chance para salir ileso de la misión es moverse rápido, no dar tiempo a la artillería rusa a verlo, calibrar, y atacar.

Unos pocos kilómetros más lejos, detrás de la colina, Tactic y Zahar levantan dos drones y hacen su parte. Ellos también se exponen en cada misión: del lado enemigo también hay patrullas de reconocimiento y exploración. “Es nuestro trabajo. Estamos preparados para lo que sea que nos pase”, dice Tactic. Como todos por acá, ya vio morir a muchos camaradas.

Tactic hace una mueca, le parece una pregunta tonta. Su drone se posiciona sobre el objetivo que están a punto de atacar. Zahar graba el tanque de Kurt. El comandante se posiciona, hace el primer disparo y falla. “Más abajo, más abajo, más recto”, dice Tactic a través de la radio, y da especificaciones de coordenadas que no llegamos a entender. Kurt vuelve a cargar y calibrar. Corrige el tiro y el tanque vuelve a disparar. Escuchamos fuerte y claro el estallido, pero no se distingue de qué dirección viene. El drone muestra la imagen del humo en el lugar indicado: el objetivo fue destruido. Se lo informan por la radio y Kurt dice algo que parece una celebración, pero de inmediato comienza la evacuación. Lo mismo hacen Tactic y Zahar, pero su salida es más lenta porque deben recuperar los drones. Kurt sale de la zona a sesenta kilómetros por hora. Unos minutos después estamos detrás suyo con Tactic y Zahar, que no muestran ninguna euforia, siguen en su pura concentración.

Solo veinte minutos después volveremos a verlos sonreír. Y posarán para las fotos y mostrarán los videos de la misión a sus compañeros en la base, que al verlos entrar sonríen con toda la cara y les dan un abrazo a cada uno. Lo mismo con Kurt, todos lo abrazan, celebrando que volvieron. Hubo veces en que no pudieron.

Durante la cena hablarán de esos pocos minutos de misión, que pudo valer toda una vida. Al día siguiente tendrán otra, y otra más, hasta lograr el único objetivo del que hablan: “Destruir al enemigo”.

Nadie da mucha información de cuál fue el objetivo. Kurt dice que no le sirve para su registro, pero que la historia de su registro la contará otro día, para otra nota, pero promete que la contará.

El objetivo fue destruido. Antes de dejar la base nos confirman que era solo armamento. Agradecemos y decimos que es un alivio saberlo. Nos miran extrañados.

-¿Un alivio por qué? -dicen.